Muchas veces llegamos a la desorganización de nuestra casa e incluso a la saturación de nuestra vida, sin ser conscientes de cuál es el motivo. Aunque las vías que pueden llevarnos a esta situación pueden ser distintas, el origen es casi siempre el mismo: tener mucho de algo.
Solemos llegar a una grado de acumulación tan grande, que hace que la mayoría de personas fracasen ante el intento de organizarse, poniendo en evidencia su necesidad de ayuda por parte de un Organizador Profesional.
Tal y como os he comentado, el origen es el mismo, tener mucho de algo, pero las vías son distintas. Yo suelo diferenciarlas en tres categorías distintas: pertenencias, agenda e información.
Tener muchas Pertenencias
Nos llegan pertenencias por todos lados. Compramos o recibimos, y el problema de esto, es que lo hacemos sin tener un plan para deshacernos de lo que no necesitamos, no nos gusta, está estropeado o simplemente no nos es útil, el resultado: ESPACIOS SATURADOS.
Recuerda que el espacio es el área destinada a ser ocupada por diversas cosas, y que estos son finitos; si en un espacio coloco más cosas de las que físicamente caben, no hay que ser un genio para saber qué es lo que provocaremos: una gran congestión. Ésta, dependiendo de su magnitud, puede hacer un espacio difícil de transitar, de habitar o simplemente, un espacio muerto, lleno de cosas pero carente de vida, porque los espacios se tienen para usarlos, para vivirlos.
Tener muchas actividades en la Agenda
Vamos a una de las vías no tangibles, pero no por ello exenta de saturación: la agenda.
Los móviles deben estar diseñados por Organizadores profesionales, es broma, pero seguro que algo hay de cierto, os explico.
Cuando tu anotas en tu agenda del móvil varias actividades, muy juntas, te avisa de que puedes entrar en conflicto, ya que algunas pueden solaparse, y no tener tiempo real para llevarlas a cabo.
Por ello, habría que aprender de los móviles, y dejar de lado la idea de que uno o varios eventos, marcados en el calendario, no implican acumulación.
La agenda no es un espacio físico, pero es un espacio temporal. Hay que mirar cada actividad que anotamos en la agenda, como un bloque tridimensional, que está ocupando ese espacio, a lo largo de un día o unas horas. Los diversos compromisos de trabajo, sociales y de familia, suelen ir en aumento, del mismo modo la facilidad con que decimos si a todo. Hay que mesurarnos y no decir que si a cualquier evento o actividad, porque terminamos sobreponiendo acontecimientos y seguro que a algunas de estas actividades no podremos llegar, o si lo hacemos lo haremos de forma rápida, estresada y dejaremos de disfrutarlas, para convertirse en algo que saturará nuestro día y nuestra mente.
Piensa que el tiempo, es un recurso incalculable, ya que no hay precio que pueda marcar su justo valor, además de ser el regalo más preciado que tenemos porque es limitado.
Tener mucha Información
En esta categoría incluiría la información impresa en forma de libro, revista o documento, y la de carácter digital. En cualquiera de los dos casos encontrarás que tener mucha información, te provoca también un estancamiento al organizar.
Cuántas veces nos ha pasado ir a buscar la foto de uno de tus viajes, y recorrer medio mundo fotográficamente hablando hasta encontrar la que buscas, en el supuesto que la llegues a encontrar. O buscar un documento importante durante horas, o incluso días, porque no recuerdas donde lo archivaste, rectifico, que no recuerdas en que montón de documentos o papeles lo apilaste.
Llegó la época digital y parecía que íbamos a liberarnos de este caos: la información que guardamos en nuestros dispositivos no ocupa espacio. Pero lo cierto, es que esta pequeña cualidad ha hecho que todavía acumulemos más desmesuradamente. Cuántos mails recibimos al día, cuántas fotos e imágenes tenemos en nuestros dispositivos, videos, música, todo de forma desmesurada, y sin llevar un orden apropiado.
Porque una cosa debemos tener clara, virtual no significa sin organización. Es importante establecer un sistema de archivo, depurar lo que no sirve, no tiene valor o es obsoleto como pieza de información, del mismo modo que hacemos o deberíamos hacer con los papeles físicos.
Si no lo hacemos, nos sentiremos abrumados por tantos datos, por no saber qué hacer con ellos, cómo ordenarlos o si debemos o no desecharlos, y llegará de nuevo el bloqueo hacia el intento de organización.
Piensa que vivimos en una era de consumismo, donde creemos que tener mucho de todo nos garantiza algún tipo de seguridad y de bienestar, cuando, como has visto, más bien conduce a una parálisis, a un estancamiento al organizar porque no sabemos por dónde empezar al vernos rodeados de cosas.
Empieza a tener una nueva visión más fresca, aprende a tener lo que es útil, lo que amas y lo que complementa tu visión de vida. De lo contrario el tener demasiado, además de estancarte, te va a producir ansiedad, porque a más pertenencias, más que cuidar, más que mantener, más que limpiar, más que organizar, y así sigue la lista.
Revisa tu vida ¿tienes mucho de algo?