Si nos detuvieramos al final de la semana y analizaramos cuántas veces hemos pedido ayuda durante los 7 días que la componen, seguro que nos sorprenderíamos. La impresora no funcionaba y has pedido ayuda, no llegabas a lo más alto de una estantería en el supermercado o en tu casa y alguien te ha hechado una mano, no entendías una función de tu móvil y ahí estaba alguien para explicártelo, has preguntado a un vendedor el funcionamiento de algún artículo, bueno la lista puede ser interminable. Dicho esto, entonces me pregunto ¿por qué evitamos pedir ayuda para organizar nuestros hogares?
Las razones por las que no se pide ayuda según mi opinión pueden ser muchas, pero creo que las más relevantes son:
- Te sientes vulnerable. Invitar a alguien a tu casa da miedo. Sobre todo si crees que tu espacio no refleja la vida que quieres vivir.
- Lo desconocido nos intimida. Terreno conocido siempre es más seguro, salir de nuestra zona de confort da miedo, incluso si nuestra zona de confort está muy lejos de aportarnos ese "confort". Por ello, si evitamos lo que nos da miedo aparentemente todo está mejor.
- Vergüenza y fustración. El que dirán, el pensar que hemos perdido el control, que no somos capaces ni tan siquiera de cuidar de nuestros espacios, nuestro mundo. Las redes sociales nos muestran todos los días personas que parece que lo tengan todo bajo control, y si nosotros vemos que lo hemos perdido nos provoca mucha fustración. Abro un parétesis ¿has parado a detenerte y pensar en lo que puede estar pasando detrás de escena en la vida de esas personas?.
- Perfeccionismo. Esperamos demasiado de nosotros mismos y no nos damos permiso para hacer las cosas lo suficientemente bien. Muchas veces, si anticipamos que no podremos hacer una tarea a la perfección, simplemente la evitamos por completo. Y os recuerdo, que la perfección en el mundo del orden no existe ni en casa de un organizador profesional.
Solo un recordatorio por si alguien lo ha olvidado: la mayoría de nosotros ya no cultivamos nuestra propia comida, ni hacemos nuestra ropa ni construimos nuestras propias casas. Todo está especializado. Pues organizar no es diferente, hay personas que lo pueden hacer por ti, y el mundo no se desmoronará por ello.
Siempre he pensado que las personas estamos destinadas a ayudarnos y a confiar unas en otras. Por ello, no importa cuánto miedo tengas, cuanta vergüenza o fustración sientas, desafíate a ti mismo, sé valiente y date permiso para pedir ayuda, al final te alegrarás de haberlo hecho.
Recuerda pedir ayuda es de valientes.
Si vives en Cataluña yo puedo guiarte en este cambio, envíame un mensaje y déjate ayudar.